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Todo lo que debes hacer para transformar una nave industrial en una vivienda

Con los precios de las casas en plena remontada, muchos optan por buscar una alternativa como por ejemplo cambiar el uso de un inmueble no residencial y convertirlo en una vivienda. Al margen de las oficinas y los locales comerciales, está la opción de transformar una nave industrial.

Y es aquí donde aparece un mar de dudas: ¿es algo viable? ¿Puede hacerse en cualquier tipo de suelo? ¿En qué hay que fijarse? ¿Se necesita mucho papeleo? Te aclaramos todo sobre cómo convertir una nave en una residencia.

Las imágenes de naves industriales reconvertidas en vivienda son muy recurrentes en películas americanas: esos lofts, diáfanos, de techos altos, que resultan una maravilla. Si te estás preguntando si en España podrías convertir una antigua nave industrial en tu casa, debes tener en cuenta algunas particularidades. No es oro todo lo que reluce y hablamos con el arquitecto Rodrigo Vargas para que nos ilumine sobre la materia.

  • No es loft todo lo que se publicita: si la transformación ya ha sido realizada, te lo presentarán como un loft, pero ojo, que no es loft cualquier cosa: “Un loft es un gran espacio abierto, que se transforma en residencia y no lo que se comercializa en muchos sitios, que se lo que antes llamábamos estudios: un espacio mínimo para una o dos personas como mucho, en el que la única compartimentación es el baño. La diferencia entre los unos y los otros radica básicamente, en la superficie”, explica.
  • Si te estás planteando transformar una nave industrial en una vivienda, ojo a las siguientes restricciones: “Normalmente, el uso residencial no está permitido en suelo clasificado como industrial, precisamente, la zonificación se creó en la época posterior a la revolución industrial por dos cuestiones simultáneas: por un lado, proteger el valor de la propiedad. Por otro, proteger a la población de actividades insalubres al lado de sus residencias. Entonces esta nave debería estar en suelo urbano residencial o de usos mixtos compatibles con la vivienda, como es la actividad de la industria de baja intensidad”, aclara Vargas. O sea, lo primero que debes mirar es la clasificación del suelo en la que se halla la nave.
  • Hay una segunda restricción posible: “Algunos ayuntamientos no permiten las residencias en planta baja, también por motivos de salubridad”, explica. O sea, este es el segundo aspecto que debieras mirar: lo que dice tu ayuntamiento al respecto.
  • A partir de ahí, se necesitan determinados papeles para acometer esta reforma. “Hay que pedir licencia. De obra menor, si la renovación no afecta a elementos estructurales o a la distribución general del edificio, o el edificio no está en zonas de protección especial (conjuntos históricos, etc… En este caso necesitaría proyecto firmado por un técnico habilitado). Y de obra mayor si afecta a la estructura o la distribución (tirar un tabique es obra mayor) y necesitaríamos proyecto firmado por un técnico habilitado”, comenta.

“En cualquier caso, la transformación tiene que cumplir el decreto de habitabilidad de la comunidad autónoma correspondiente y será certificado por un técnico de la administración local. Esto es necesario para poder acceder a los suministros básicos de agua y luz”, continúa.

Imagínate que estás buscando este tipo de espacios para vivir, ¿en qué tienes que fijarte, sí o sí, cuando encuentras uno? “Debes fijarte en varias cosas, pero una muy importante es que muchas industrias sustituyeron sus cubiertas por planchas de amianto-cemento, por lo menos hasta los años ochenta, y es un material cancerígeno. Su sustitución es compleja y costosa porque hay que hacerla de manera que no se generen polvos, que son tóxicos”, explica.

Pero no pasa solo hay que fijarse en este tema de las cubiertas, también puede suceder con algunas canalizaciones de pluviales y de saneamiento. “Lo demás no difiere mucho de lo que tienes que observar cuando compras un piso, que las canalizaciones no tengan fugas, tienes que fijarte en el estado general del inmueble para ver dónde hay que focalizar la reforma. Por ejemplo, normalmente una nave no tiene cocina. Otra cosa importante es la iluminación y la ventilación, si se puede adaptar a las normativas exigidas…”, finaliza.

Como ves, transformar una nave industrial en una vivienda suena muy bucólico, pero es lo bastante complejo como para que te lances tú solo a la aventura: por eso, lo mejor es ir de la mano de un profesional en la materia.

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