Los pavimentos de hormigón pueden degradarse y originar socavones, grietas, desconchones o problemas en las juntas de dilatación, entre otras muchas cosas. Los garajes son por lo general las zonas comunes más olvidadas y menos reconocidas en las comunidades de propietarios. Pese a no tratarse de una prioridad para quienes los ocupan, no están exentos de sufrir desperfectos, problemas y necesitar rehabilitaciones y arreglos. Esta degradación se acentúa y acelera en el momento en el que se producen las primeras patologías, que dan pie a un mal aspecto, incomodidades para los usuarios e incluso tropezones y caídas.
La antigüedad de los pavimentos de hormigón, así como el desgaste ocasionado por la elevada fricción de las maniobras en las zonas de más transito, provocan que el firme se degrade. También influye de una manera determinante el uso de la solera. Una solera, en una comunidad de propietarios de tamaño pequeño, está expuesta a un menor desgaste, ya que habitualmente solo circulan por ella vehículos ligeros. En una nave industrial, en cambio, está expuesta al paso de vehículos pesados, como carretillas elevadoras o camiones, de una forma más intensa.
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Pavimentos de hormigón, asfalto u otros materiales, ¿qué es mejor?
Es una buena pregunta que trasladan a menudo clientes de Grupo BDI como expertos en la rehabilitación de fincas y edificios en Alicante. Por lo general, nuestra experiencia es que generalmente en garajes de interior, o sótanos a cubierto, nuestros clientes suelen decantarse por soleras de hormigón fratasado por la mayor facilidad de limpieza y aspecto uniforme. El acabado superficial del hormigón es mucho menos poroso que el asfalto y eso facilita la limpieza del mismo frente al asfalto, que aunque ofrece buenos resultados, es por su propia naturaleza más poroso.
En pavimentos de exterior, por lo general solemos realizar con mayor frecuencia soleras de aglomerado asfáltico. En este caso, precisamente por su porosidad, ofrece menos deslizamiento en caso de estar mojado por lluvias y minimiza caídas de personas y golpes entre vehículos. Existen, además de los sistemas ya comentados de hormigón y asfalto, productos especializados específicos para los tratamientos superficiales de las soleras. Hay multitud de productos de tipo autonivelantes, antideslizantes, y tratamientos epoxi que consiguen mejorar la estética y la durabilidad de las soleras.
Los profesionales de Grupo BDI, a la hora de efectuar trabajos en pavimentos de hormigón (u otros materiales), siguen una serie de recomendaciones básicas a modo de protocolo.
Como medidas previas a la ejecucuión en soleras, se revisa el firme de apoyo para asegurar una buena resistencia y evitar que posteriormente se asiente el terreno y le acompañe la solera recién ejecutada. También es interesante comprobar el estado de las arquetas y conducciones (en caso de existir) para valorar si presentan fugas, y así poder subsanarlo antes de la ejecución de la solera. Hay que tener bien claro el desarrollo de las pendientes en caso de soleras de exterior, para una correcta evacuación de aguas pluviales, pues una vez en ejecución no es posible improvisar. Además, hay que prever el paso de tubos de servicio para instalaciones futuras (iluminación, vídeo-porteros, motores para puertas…). Por ello, se buscan alineaciones rectas, curvas suaves y se deja cableado guía: cuesta poco y se agradece en caso de necesitarlo más adelante. Por último, se ejecutan las juntas de dilatación en pavimentos de hormigón, generando juntas tanto en el perímetro como en los encuentros con los pilares, especialmente en exterior.
Claves a considerar durante la ejecución en soleras
- Ejecución de juntas de retracción en paños de hormigón formando cuadrículas de entre 25 y 40 metros cuadrados máximo, para minimizar problemas y agrietamientos. En caso de soleras grandes y muy soleadas, recomendable aproximarse más a los 25 m2 que a los 40 m2. Hay que estar atentos y no dejar pasar mucho tiempo tras la ejecución de la solera para la realización de los cortes, ya que de lo contrario podemos encontrarnos con retracciones y grietas.
- En caso de soleras de hormigón armadas con mallazo, consideramos fundamental asegurarse que el mallazo quedará embebido en el hormigón correctamente, por lo que es vital el empleo de separadores de hormigón y en tal caso, evitar la circulación de dúmperes de obra sobre el mallazo y los separadores, ya que doblarán el mallazo y lo dejaran pegado a la base del pavimento, sirviendo de poco. En determinados casos, el empleo de bombas de hormigón o aditivos tales como fibras en el hormigón pueden resultar alternativas a considerar por el Jefe de Obra.
- Es también muy importante verificar el estado de la humedad del soporte previo a la aplicación de tratamientos de pintura. En caso de quedar humedad residual contenida, ésta terminará por levantar la pintura por buena que sea. En ocasiones, las soleras nos engañan y es preciso disponer de aparatos de medida (higrómetros) para asegurarnos que las humedades residuales están por debajo de los límites recomendados por el fabricante del producto a aplicar. En caso negativo toca esperar a que se evapore esa humedad.
¿Cómo se lleva a cabo una rehabilitación de pavimentos de hormigón de garaje?
Es una labor sencilla que no lleva mucho tiempo, aunque sí mucha coordinación previa por el Jefe de Obra. La duración depende del tamaño del aparcamiento y de los trabajos a realizar, empleando una media de entre cuatro y cinco semanas. Puntualmente, cuando no resulta viable disponer de todo el aparcamiento para trabajar cómodamente, se facilita a los clientes la opción de actuar programadamente por fases para causar el menor perjuicio posible.
En la mayoría de las ocasiones, al tratar un garaje no sólo se actúa en el pavimento, sino que se realizan trabajos de pintura integral en paramentos horizontales y verticales, renovación de iluminación por una nueva más eficiente y tratamientos superficiales de la solera mediante pinturas epoxi, cada vez más comunes por la mejora estética y la facilidad de limpieza de la misma.
También aparecen en ocasiones problemas durante la rehabilitación de garajes. Uno de los más comunes suele ser la dificultad para facilitar el acceso a la maquinaria precisa para realizar las actuaciones. Tanto camiones de hormigón como extendedoras de aglomerado son máquinas de gran tamaño que no suelen ser compatibles con los accesos habituales de vehículos. En estos casos, toca recurrir a maquinaria más pequeña y auxiliar, con menor rendimiento y más ayudas manuales.
En caso de no poder disponer acceso ni tan siquiera para maquinaria pequeña, hay que habilitar huecos o buscar vías de acceso para poder introducir mangueras para bombear el hormigón.
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